Si l’hindouisme est la religion majoritaire en Inde (devant l’Islam), d’autres sont également importantes. Comme le jaïnisme qui, s’il ne représente que 0,5% de la population, est influent, notamment du fait de sa sur-représentation au sein de la classe politique. La foi jaïne est également considérée comme pionnière de la civilisation de l’Inde, au même titre que Confucius en Chine, par exemple.
Depuis trois millénaire, les jaïnistes suivent le même but (tout comme les hindous) : accéder au stade ultime, le nirvâna, en atteignant l’illumination pour mettre fin au cycle perpétuel des transmigrations (ou réincarnations).
Pour cela, les jaïnistes doivent suivre des règles strictes, ce sont les cinq vœux, auxquelles s’ajoutent la méditation et le jeûne. Le respect de toute vie (humaine ou biologique) est également fondamental, ce qui induit un régime particulièrement strict : au-delà du végétarisme (sans viande), les jaïnistes sont encouragés au régime Véga (sans produits dérivés des animaux, comme le lait ou les œufs) afin de respecter le vœu premier, la non-violence (dans ce cas envers les bêtes). Mais il leur est également demandé de ne pas consommer les légumes et végétaux ayant des racines dans le sol, afin d’éviter de tuer les vers de terre ou insectes vivant au contact de ces racines, voire de tuer la plante entière en l’arrachant (toujours dans la même idée de non-violence, cette fois-ci appliquée aux végétaux).
Le temple de Ranakpur (tout comme celui que nous avions visité à Jaisalmer) est d’une incroyable beauté, avec sa multitude de colonnes et ses sculptures multiples, toujours d’une minutie extrême. Un tel raffinement peut surprendre de la part d’une religion qui prône la non-possessivité (ou non-attachement aux choses du monde). En fait, ce sont les membres issus des familles les plus aisées qui, par leur richesse, décident de la construction de tels temples pour d’une part, donner un cadre exceptionnel à la prière, mais aussi pour se défaire d’une part importante de leurs biens en convertissant l’argent en salaires versés aux innombrables travailleurs et artistes qui façonneront ces temples. Où comment la foi génère une enrichissement spirituel et matériel du plus grand nombre…
Si el hinduismo es la religión mayoritaria en la India (por delante del Islam), hay otras que también son importantes. Como el jainismo que, si aunque solo representa el 0,5% de la población, es muy influyente, en particular debido a su alta representación dentro de la clase política. La fe jainista también se considera pionera de la civilización india, como Confucio en China, por ejemplo.
Durante tres milenios, los jainistas han seguido el mismo objetivo (como los hindúes): alcanzar la etapa final, el nirvana, alcanzar la iluminación para poner fin al ciclo perpetuo de transmigraciones (o reencarnaciones).
Para esto, los jainistas deben seguir reglas estrictas, los cinco votos, a los que se les agrega meditación y ayuno. El respeto por toda la vida (humana o biológica) también es fundamental, lo que induce a un régimen particularmente estricto: más allá del vegetarianismo (sin carne), se alienta a los jainistas al régimen vegano (sin productos animales, como leche o huevos) para respetar el primer voto, la no violencia (en este caso hacia los animales). Pero también se les pide que no consuman vegetales y plantas con raíces en el suelo, que eviten matar lombrices de tierra o insectos que vivan en contacto con estas raíces, o incluso que « maten » a toda la planta arrancándola (siempre en la misma idea de no violencia, esta vez aplicada a las plantas).
El templo de Ranakpur (al igual que el que visitamos en Jaisalmer) es increíblemente hermoso, con su multitud de columnas y esculturas, siempre exquisitas. Tal refinamiento puede ser sorprendente en una religión que defiende el desapego material (o el no apego a las cosas del mundo). De hecho, son los miembros de las familias más ricas quienes, por su riqueza, deciden la construcción de tales templos por un lado, brindando un entorno excepcional para la oración, pero también para deshacerse de una parte significativa de sus bienes al convertir su dinero en salarios pagados a los innumerables trabajadores y artistas que darán forma a estos templos. Por una vez, la fe genera no solo enriquecimiento espiritual para todos, sino también material a una buena parte…
Los templos jainistas son preciosos. Al principio no entendía pues en principio según sus creencias deberían ser los más austeros.Pero como bien explica Laurent en el post el rico ayuda al pobre a no serlo tanto.Ojala hubiesen más R0bin Hoods en el mundo que siguieran está filosofía. Actualmente en nuestra sociedad,qué nos creemos modernos y avanzados,esto sería una utopía. Muy interesante la entrevista al sacerdote.
El templo es impresionante! La religión esa muy restrictiva ehhh
Que maravilla de templo y la religion que practican muy interesante., que tal el clima parece que no os quejais de calor ni de frio ya va bien tener buen clima para viajar.