Si on regarde la carte de Bali, on voit tout au sud la péninsule de Bukit, rattachée à l’île principale par une mince bande de terrain barrée par la piste de l’aéroport international de Denpasar. Cette piste, c’est comme une frontière entre deux mondes : au nord, la grande île volcanique, et au sud, un petit paradis aux facettes multiples. C’est ici que l’on découvre les petites plages difficiles d’accès, les immenses vagues sur lesquelles se risquent les surfeurs ou les hautes falaises au sommet desquelles l’homme a établi depuis longtemps des temples, comme pour le protéger de la mer, aussi bienfaitrice que dangereuse. C’est aussi sur Bukit que l’on trouve de petites pensions de famille, où l’on est hébergé à la bonne franquette (mais avec le sourire), ou, à l’opposé, les grands hôtels internationaux. Nusa Dua, aux vertes allées plantées de pelouse et de vigiles armés, est une enclave du luxe dans laquelle il faut montrer patte blanche (ou carte American Express, c’est encore mieux) pour pénétrer. C’est chic, d’extrême bon gout, de très belle facture, mais -mis à part la qualité de l’accueil- définitivement hors du Bali typique et traditionnel.
Si miramos el mapa de Bali, podemos ver la península de Bukit, que está unida a la isla principal por una estrecha franja de tierra bloqueada por la pista del Aeropuerto Internacional de Denpasar. Esta pista es como una frontera entre dos mundos: en el norte, la gran isla volcánica, y en el sur, un pequeño paraíso con múltiples facetas. Es aquí donde se descubren las pequeñas playas de difícil acceso, las inmensas olas sobre las que vuelan los surfistas o los altos acantilados, en cuyas cimas el hombre ha establecido templos, como para protegerlos del mar, tan bueno como peligroso. También es en Bukit donde encontramos pequeñas pensiones, donde puedes alojarte mas modestamente (pero con una sonrisa) o, por el contrario, los grandes hoteles internacionales. Nusa Dua, con avenidas verdes con césped y seguridad privada, es un enclave de lujo en el que tienes que mostrar tu pedigri (o tarjeta American Express, incluso mejor) para penetrar. Es elegante, de muy buen gusto, bellamente diseñado, pero, aparte de la calidad de la bienvenida, definitivamente es el típico y tradicional Bali.
Que playas tan refrescantes con elcaloron que nos esta haciendo un poco de envidia si nos da, que vistas tan espectaculares desde los acantilados tened cuidaddo al asomaros y disfrutar mucho.
Que playas!! 😍😍😍 y el de la moto con la tabla de surf?